jueves, septiembre 29, 2016

DISEÑO INDUSTRIAL UNIVERSIDAD JAVERIANA

DISEÑO  DECADA DE LOS 50

Después del final de la segunda guerra mundial y de la reconstrucción de la destruida y arrasada Europa tras la contienda internacional, Estados unidos se establece como un nuevo centro artístico y cultural donde muchos artistas y diseñadores encuentran su refugio y hogar (muchos diseñadores europeos abandonaron su patria por su religión o por sus creencias políticas. Su creatividad se vio cortada y por desgracia, algunos como Friedrich Adler, fueron torturados y asesinados en campos de concentración). Esto supuso la mezcla perfecta de la cual surgieron los más importantes productos dentro del diseño del mobiliario del siglo XX al otro lado del charco.
En cuanto al interiorismo en los años 50, se produce un cambio fundamental que repercutirá en toda la década y que tendrá un reflejo en el conjunto de la sociedad. Tenemos que situar a Estados Unidos como el lugar geográfico donde aparecen todos estos avances, un país que tras recuperarse por completo de la crisis del 29, crea lo que hoy conocemos como sociedad de consumo.
Tanto el aumento y modernización de los medios de como el boom e impacto de la publicidad, hace que los 50 americanos provoquen un deseo de cambio en la sociedad, un nuevo estilo de hogar donde establecer la familia ideal potenciada y basada en los cánones establecidos por la publicidad. Todo esto genera el ansia y la necesidad de adquirir nuevos productos, nuevos looks, nuevos muebles… en definitiva, nuevos productos que se acoplen a este nuevo estilo de vida.
Si juntamos el aumento de diseñadores y artistas en el territorio estadounidense y la progresiva demanda de productos con una estética actual y nueva, tenemos como resultado un binomio perfecto para los grandes avances que tuvieron lugar a lo largo de esa década.
El mobiliario de la época sufre un cambio radical a la hora de realizar su diseño. Son eliminados toda clase de ornamento o elemento decorativo, se deja de usar materiales que puedan recordar aun pasado más o menos próximo y se incorpora la ergonomía como necesidad en los diseños de mediados de siglo.
Actualmente los años 50 han vuelto a ponerse de moda ya sea en la moda, en diseño gráfico o en el mobiliario y arquitectura. Series como Mad Men han vuelto a propulsar un prototipo de diseño que ha enganchado a miles de personas.
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https://makeitworkvalencia.wordpress.com/2013/05/22/diseno-americano-en-los-50/


PARA TENER EN CUENTA :
  • El diseño empieza a a asomarce en la crecaion de anuncios .
  • Nacen las primeras agencias profecionales .
  • Retratos de la mujer como ama de casa , anuncios de cocina y limpieza .
  • Jhon walter thompson inicia el prestigio de personajes famosos ofreciendo un producto .
  • Publicidad machista .
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Movimientos años 50-60


ESCUELA DE ULM
Hochschule für Gestaltung fue una escuela de diseño creada en la ciudad de Ulm en Alemania que buscaba a través del diseño reconstruir un país completamente destruido tras la segunda guerra mundial.
Esta escuela se especializó en
  • Diseño de producto
  • Comunicación visual
  • Construcción
  • Informática
  • Cinematografía
Su metodología compartía los principios de la Bauhaus sin embargo, no se concentraba tanto en el arte sino en la tecnología y la innovación, dejando al arte tan solo como un complemento.
DISEÑO DANÉS
Es un estilo de diseño que combina la arquitectura funcional con los principios de simplicidad y nuevas tecnologías.
El diseño danés tiene principios estéticos que no corresponden a una moda o tendencia específica, sino que responde a necesidades de los usuarios solucionadas a partir de procesos de diseño.
DISEÑO AMERICANO
Al cabo de la segunda guerra mundial, Estados Unidos se convirtió en el destino de los grandes artistas europeos que salieron de sus países por los grandes problemas que afrontaban. Además, Estados Unidos estaba en un gran momento económico por lo cual su industria se fortaleció y el campo del diseño creció rápidamente.
El diseño se desarrolló principalmente en el campo del diseño de interiores y mobiliario, junto con una nueva arquitectura. Los acabados y las formas estilizadas son muy importantes. Además se mezclan los valores estéticos con la tecnología ya que en esta época aparecen nuevos automóviles y electrodomésticos.
POP DESIGN
El término Pop, viene de la abreviación de “Popular”, tiene influencias del Good Design y busca aplicar el diseño en todos los objetos de uso cotidiano, especialmente, aquellos utilizados por los jóvenes.
Eran elementos muy comerciales, muchos de ellos asociados a marcas reconocidas, pero que también se fabricaban con el fin de satisfacer una moda, por lo cual eran elementos en buena medidad desechables, no se esperaba que se utilizaran por tiempo prolongado, ya que al cabo de corto tiempo estarían por fuera de las tendencias.
Se toman elementos de marcas, cómics y se acude mucho a los colores fuertes para que los objetos se destaquen sobre el resto.
https://evfintroduccionaldiseno.wordpress.com/2016/09/28/movimientos-anos-50-60/


DECADA DE LOS 60 .

la influencia
que ejerció el movimiento Pop-Art en la sociedad desde una
visión abarcadora del arte en la arquitectura, en el diseño de
interiores y en el mobiliario mediante el uso de nuevos materiales
surgidos de los avances tecnológicos de la época.
El movimiento Pop-Art tiene sus inicios en los originales
anuncios publicitarios de los años cincuenta y se caracteriza
por la pintura en productos de consumo masivo; se trasladan
elementos de la cultura popular que son identificables y
comprensibles para el ciudadano común, a la categoría de
arte. El máximo exponente de este movimiento –ilustrador de
revistas y publicitario– fue Andy Warhol; polémico personaje
y uno de los artistas mas influyentes del siglo XX que con sus
serigrafías hace que el arte en serie popularice el arte.
En la década del 60, la sociedad sufría transformaciones socioculturales
que influyeron en la conducta de la población. La
influencia de los medios de comunicación, de la publicidad
y el mejoramiento económico impulsaron el consumismo
de la sociedad; por su parte, los efectos del marketing, los
avances tecnológicos y los nuevos materiales produjeron
nuevas demandas sociales en busca de mayor confort. El
nuevo concepto estético en el diseño de objetos, y su poder
de reproductibilidad hace que ya no sean objetos únicos, sino
que se fabrican en serie, aplicando en su elaboración materiales
nuevos que responden a las necesidades y demandas de
la época; lo que trae aparejado la idea de lo desechable. En
lugar de producir esto devaluación cultural, reafirma su valor
en la medida que aumenta el valor expositivo que se refuerza
en la reproducción.
El PG aborda en su recorrido el análisis de las características
socio-políticas-económicas de una época determinada, que
permitirá luego enmarcar el bosquejo del diseño de interiores.
El conocimiento de situaciones relevantes como el desarrollo
de la tecnología, la creación de materiales hasta el momento
desconocidos, la influencia del capitalismo y los cambios
conductuales llevaron a desarrollar con un nuevo enfoque
–más dinámico y optimista–, un proyecto que recupera muchas
de las características de los años 60, revalorizando el
movimiento Pop-Art: el espacio, el mobiliario, los materiales,
los colores y las formas.
El aporte fundamental de este proyecto radica en la creación
de una propuesta diferente, original y dinámica teniendo en
cuenta dos principios rectores: el uso de materiales innovadores,
y el uso de nuevas formas que conjuguen la estética
con el confort, la diversión con el placer; generando un nuevo
concepto estético de diseño dé respuesta a las demandas sociales.
Las características del movimiento Pop-Art aplicado a
este proyecto, logran una atmósfera cálida, de formas y colores
llenos de optimismo, para conseguir el efecto requerido. La
propuesta se concreta en el desarrollo de un Hotel temático en
una antigua vivienda familiar de estilo neoclásico francés, en
el barrio de Recoleta. El resultado alcanzado se traduce en el
diseño de un Hotel Urbano, con ingenio arquitectónico y un
logrado diseño interior en el cual se hace presente la estética del
Pop-Art, tanto en el interior, como en los espacios exteriores y
también en la fachada. La tarea fue abarcar toda la obra, desde
las condiciones concretas del programa hasta las impresiones
sensoriales que genera, desde lo funcional a lo emotivo.


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http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/vista/detalle_articulo.php?id_libro=90&id_articulo=2834


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Míticos 60, mítico Di Tella, juventud desprejuiciada, libre experimentación perceptual manifiesta en múltiples formatos. Esa gloriosa expansión del concepto arte en Argentina pudo ser abierta por previas rupturas que ya habían comenzado a plantearse en la década anterior, en lo que se llegaría a llamar “la muerte del arte”. Tanto es así que acá tuvimos un grupo que no dejaba dudas al respecto cuando presentó su muestra en la Galería Lirolay denominada “Arte destructivo”1 . Era el fin de lo “artísticamente correcto”. La renovación de los lenguajes artísticos se venía dando, entonces, desde los años 50. Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y lo siniestro del Holocausto habían dejado un concepto del ser en estado de precariedad. Un ser nunca más en certidumbre, acabado, sino en una apertura hacia la posibilidad y la experimentación. De ahí la elección de trabajar con el paradigma de la degradación de la materia, con la idea de caos y destrucción. El Movimiento Informalista argentino toma la idea del arte de acción norteamericano y del español Tapiès: los grandes signos negros de Kenneth Kemble, el inicio de la búsqueda del arte objetual de la mano de Luis Wells, los alquitranes, betunes y arena en la tela torturada de Alberto Greco, el anti-formalista por excelencia -según Felipe Noé- que desembocará en la performance con su Vivo Dito, decidiendo operar directamente sobre el contexto social. El impulso constructivo de los años 40 había desembocado en el destructivo, pero algunos dejan esta postura y se abren, a principios de los 60, a lo que llamarán Otra Figuración, rompiendo con la dicotomía abstracción / figuración. A partir de chorreados, caricaturas, máscaras, garabatos y del gesto espontáneo van a ir gestando, sin la preconcepción de una idea mental, a la figura, pero hablando del mundo entorno. 

Ellos eran Jorge De La Vega, Rómulo Macció, Ernesto Deira y Luis Felipe Noé quien nos dejará una obra maravillosa, “Mambo” (1962), que en palabras de Andrea Giunta “revela la preocupación constante de Noé por encontrar las formas plásticas que le permitan no narrar la historia argentina, sino sumergir al espectador en la experiencia de sus contradicciones.” Aquí está presente la idea de caos que él desarrollará a lo largo de los años como una fuerza dinámica que asume el conflicto para subvertirlo en fuerza transformadora y creativa. Se despierta un interés especial en los estudios conductuales del espectador y eso disparará un formato de obra abierta donde la presencia y respuesta del público se convierta en material esencial de existencia de la misma. 

Por eso intervendrán distintas disciplinas como el psicoanálisis, semiología, antropología cultural, teoría de sistemas, praxeología, cibernética, lingüística o estructuralismo provocando el desvanecimiento de los límites entre artes plásticas, moda, teatro, publicidad, diseño industrial, medios masivos y música 

 ("Pintura Fresca" es el nombre que se le dará a un grupo musical; Jorge de la Vega presentará “Canciones informales" compartiendo actuación junto a Marikena Monti y Jorge Schussheim, y además será el diseñador e ilustrador del álbum). Y así los 60 abrieron las puertas a la vanguardia experimental de la mano de Romero Brest, Director del Centro de Artes Visuales Instituto Di Tella, con nuevos formatos como los happenings, ambientaciones, instalaciones y perfomances; collages, pinturas y assemblages, bricolages y objetos, dando lugar a una nueva disciplina como el video arte. Cobijó primero a los neofigurativos y luego a quienes serían los máximos exponentes de su espíritu: los pop, quienes proclamaban: "Nosotros amamos los días de sol, las plantas, los Rolling Stones y las medias blancas, rosadas y plateadas, a Sony and Cher, y a Bob Dylan. A Saint Laurent, las pieles, el celeste y el rosa, las camisas con flores, las camisas con rayas, los pelos, que nos saquen fotos, los cuerpos tostados, las gorras de color, los finales felices, el mar; bailar; las revistas, el cine, las nubes, el negro, las ropas brillantes, las baby girl, las girl girl, los boy girl, los girl boy y los boy boy" Dentro del grupo Pop argentino o del pop lunfardo, como dijera el famoso crítico francés Pierre Restany, formado por Charlie Squirru, Delia Cancela, Pablo Mesejean, Edgardo Giménez, Marta Minujín, Alfredo Arias y Juan Stoppani, se encontraba quien había captado la mirada de Romero Brest con la muestra que realizara en el Museo de Arte Moderno, Cáscaras (1964) creada a partir de fragmentos de miembros y coronas realizados en yeso.

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Su nombre, Dalila Puzzovio, fue quien convirtiría la obra de arte en una experiencia de consumo que le valió el Premio Internacional Di Tella en 1967: sus celebrados zapatos de doble plataforma en acero, acrílico, cuero y luces, que lanza al mercado auspiciada por Grimoldi. Se trataba de un arte identificado plenamente con la vida, con la valoración de la espontaneidad, de ahí que también incluyera lo procesual y efímero en sus acciones, como El huevo, obra de Peralta Ramos de cuatro metros de altura, que se convirtió en una performance cuando tuvo que molerla a machazos para poder sacarla del espacio de la galería. Este centro de continua movilidad, ubicado en la calle Florida, generaba sus admiradores y detractores.

 La revista Primera Plana una vez lograda su total independencia, hacia mediados de 1964 con la renuncia de su fundador Jacobo Timmerman, hasta su clausura por la dictadura de Juan Carlos Onganía, a fines de julio de 1969, no hizo más que impulsar la nueva corriente arremetedora que esta juventud proponía tanto en el arte como la música, la moda y la sexualidad. Pero hubieron otros ejemplos, como el del colaborador de la revista Sur, Eduardo González Lanuza, quien había estado vinculado en su juventud al Ultraísmo y otras vanguardias, quien absolutamente irritado con la Menesunda, una instalación ofrecida en el Instituto entre mayo y junio de 1965, proyectada por Marta Minujín y Rubén Santaonín, con la colaboración de Pablo Suárez, David Lamelas y Leopoldo Maler (como cineasta), dio una incendiaria conferencia contra ella, a la que asistieron más de setecientas personas de grupos católicos conservadores. 

 Fue la revista Primera Plana, a través de su secretario de redacción Julián Delgado, quien le propone a Quino publicar semanalmente la tira Mafalda, en 1964, un año más tarde de haber sido descartada para los fines requeridos: aumentar las ventas de la nueva línea de electrodomésticos Mansfield, de la firma Siam Di Tella. La agencia Agens del mismo grupo, dos años antes, había contratado por primera vez un estudio de diseño, Onda, para crear el isotipo de la empresa. El primer estudio de diseño gráfico había sido fundado en 1951 por Méndez Mosquera y dos artistas del Grupo Arte Concreto Invención: Tomás Maldonado y Alfredo Hlito. Ante la creciente politización, el avance del conceptualismo y sobre todo el cambio de clima que había instaurado el golpe militar del 66, varios de los artistas pop emigran o se dedican exclusivamente al diseño. Otro grupo de artistas como Pablo Suárez, Oscar Bony, Margarita Paksas, León Ferrari, Roberto Plate, Roberto Jacoby, David Lamelas, entre otros, mostraron claramente en Experiencias 68 cómo sus prácticas se habían convertido en estrategias de lucha y resistencia cultural y política. 

Esto marcaría el fin y cierre de las puertas del Instituto. Pero esas puertas las pudimos reabrir muchos gestores que tuvimos la oportunidad de trabajar, continuando con el mismo espíritu que una vez Romero Brest marcó para su gente: "No admitiremos repetición, por considerar inoperante la actitud creadora de quienes vuelven sobre lo hecho, aunque sea hecho por ellos mismos, y por mucha calidad que se le pueda reconocer a las obras que hagan... nuestra vara no es la del valor, cuya estimación es social y exige reconocimiento público, sino la de la invención, aún mejor dicho la de la aventura... proponemos un camino de libertad de expresión". J. R. Brest No sólo los que estamos al frente de los espacios del arte sino también aquellos artistas, de los cuales muchos se mantuvieron acallados durante represivos años dictatoriales, decidieron seguir apostando por Argentina con su obra. Tal es así que pudimos ver en ArteBA de este mismo año la obra recreada de Dalila Puzzovio en su instalación El Deslumbre; tener el honor de ser representados por Luis Felipe Noé en la 53º Edición de la Bienal de Venecia, un teórico incansable2 , un formulador de discusiones que resuelve con la altura de su erudición. Un pensador con las manos en la masa. O incluso poder seguir todo un derrotero del campo artístico a partir de la figura de alguien que se mantuvo ajeno a estas corrientes, y que sin embargo no dejó de experimentar en su propia obra las fracturas que la misma sociedad iba marcando. Esta figura es Antonio Pujía. Entrar al taller de Floresta de la mano de este italiano nacionalizado argentino en 1956, cuyas yemas de los dedos ven más que los ojos, es adentrarse en el pulmón mismo de la aventura renacentista. Circulando entre centenar de esculturas, moldes, mármoles, yesos y bronces es casi como poder escuchar las acaloradas discusiones del Quatrocentto entre escultores y pintores por lograr entrar en el estatuto de las 7 artes liberales, descriptas por pluma vasariana. Partiendo del manejo de la arcilla o la cera, material blando y maleable, para poder dar expresión a su sensibilidad formocreadora, utiliza el fuego a la manera de un demiúrgico Prometeo para eternizarlo en bronce. Vemos así trabajos escultóricos que van de la tipología de diosas egipcias, pasando por cuerpos clásicos y neoclásicos fieles a una visión lineal del mundo; bailarinas a la manera de Degas (influenciado por su pasaje por el Colón); rostros planimétricos de fuerte intromisión picassiana hasta series de piezas encastradas donde una aparente figuración clásica respetuosa de la mimesis de un rostro esconde o devela un devenir temporal, un elan vital bergsoniano, una fenomenología del ser o simplemente la complejidad de habitar un mundo multiperspectivo tomado de la radiografía del inconsciente.